Toca despertar antes de que el sol haga presencia si quieres llegar a tiempo para ver la tarde caer desde la cima del Volcán. Las 5:00 es la hora recomendada para tomar fuerzas y unirte al grupo de senderistas que junto con un guía dan sus primeros pasos por la Ruta Oeste hacia la cima del Volcán Barú.
A diferencia de la Ruta Este que se inicia en Boquete, el sendero de Volcán no sólo tiene mejores vistas, sino también una mayor diversidad de vegetación que encontráis en el trayecto, bosques de bambú, musgos y muchas flores silvestres. Pero también tiene sus dificultades, el terreno es más irregular y hay varias bifurcaciones que podrían desviarte de la ruta y perder el camino, por eso es realmente necesaria una muy buena condición física e ir acompañado por un guía experto.
Podréis tomar un primer descanso en “Bosque Las Brujas”, que, a pesar de su nombre tenebroso, este sitio es todo lo contrario a ello. Si tenéis suerte y observáis bien, un quetzal podría asomarse entre las ramas de los altos árboles que te rodean.
Pasadas las 16:00 hrs. ya habréis dejado atrás unos 8 km de camino y a medida que el cráter se asoma la temperatura disminuye, pudiendo llegar hasta los 0℃ . Hay que tomar un último impulso, ya solo queda 1 km hasta la cruz, señal de que habéis llegado a vuestro destino y de que habéis hecho cumbre. La sensación de realización al llegar es inexplicable, con mucho cansancio, pero llenos de felicidad. Permítete disfrutar de la caída del sol, que se oculta en las calmadas aguas del Océano Pacífico.
Para no arriesgarse a regresar por un camino desconocido en medio de la noche, lo mejor es acampar en los alrededores de El Cráter, allí estaréis acompañados por guardias de la Policía Nacional y el terreno es lo suficientemente grande para instalar la tienda de campaña. Al amanecer tendréis la mayor recompensa, la oportunidad de ver los dos océanos desde un mismo lugar, un regalo de la naturaleza que convierte esta experiencia en el mejor trekking de Panamá.